Fotografía: Colectivo Hombres y Masculinidades.
Muchas veces hemos insistido en la necesidad e importancia de que el trabajo que hacemos en el campo de las masculinidades tenga un horizonte político. Que trace rutas de acción tanto en el ámbito de lo subjetivo y lo pequeño grupal, como en el de lo estructural del sistema masculino de género. O sea, que las prácticas cotidianas de los hombres de a pie, estén articuladas y/o lleguen a incidir en las prácticas institucionalizadas del masculino societal.
Esta articulación no es fácil de por sí, y seguro ni de pensar que tuviera lugar en coyunturas políticas como las que hemos tenido. Por eso se nos hizo más práctico trabajar con grupos de hombres en torno a proyectos puntuales que nos permitieran gratificarnos con transformaciones en la cotidianidad de las relaciones con las mujeres, en la crianza, en el autocuidado, por ejemplo. Los indicadores de resultados inmediatos nos eran más viables. Importante labor, pero no suficiente.
Pero dado el peso sistémico del patriarcado, o mejor, del PatriarCapitalismo, instalado en las lógicas culturales de una sociedad como la colombiana, en los modos de pensar y modus operandi de las instituciones, esto es del Estado y todos sus aparatos ideológicos, en las concepciones de desarrollo con las que los gobiernos ponen a marchar una sociedad, reclama otro tipo de abordaje.
Cuando se dimensiona que la lucha es antipatriarcal/anticapitalista, el sentido de realidad lleva a reclamar acciones de más amplitud, sin abandonar, claro está, las que venimos adelantando con tan buena voluntad y compromiso militante. Pero ya hemos evaluado, seguramente, cómo nuestros logros muchas veces son subsumidos nuevamente por la cultura hegemónica patriarcal. Entonces nos damos cuenta de que, si el problema sólo estuviera en el orden doméstico, y que sólo fuera suficiente la lucha antipatriarcal, ya estaríamos haciendo bien la tarea.
Pero la realidad nos demanda una apuesta adicional, la de apostar por una transformación de la cultura que sostiene las prácticas machistas del día a día.
Es entonces cuando en la actual coyuntura país, nos vemos interpelados por un gobierno que viene haciendo viables acciones de transformación social y de la cultura política, entre otras. Por un gobierno que viene generando condiciones en las que podemos tener palabra y acción, como ha sido la propuesta de pensarnos en el marco de un Sistema Nacional de Cuidado.
Entonces, quienes hemos sido convocados a este primer acercamiento con el gobierno Petro- Francia Márquez, debemos preguntarnos hasta donde encontramos sintonía de posibilidades, hasta donde podemos ser una amplia plataforma de interlocución que recoja ojalá a todas las iniciativas que en Colombia se adelantan en el campo de las masculinidades. Una plataforma en la que ninguno sobre y que ninguno falte, porque dada la dimensión de la propuesta, debe ser juntando muchas manos.
No se trataría de una militancia partidista con el Pacto Histórico, pero si una postura de compromiso y acompañamiento a una propuesta por lo pronto honesta. Es un estar de este lado posicionando estrategias de cambio en las lógicas culturales, incluidas las provenientes del patriarcado.
¡Es una coyuntura de ya! La derecha asecha y ya sabemos que quiere regresar arrasando. Literalmente, eso lo hemos vivido de sobra.
Javier Omar Ruiz / Colectivo Hombres y Masculinidades. 22 septiembre/23